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06/10/2004
COMISIONES, ¿DE INVESTIGACIÓN
O DE OCULTACIÓN?
Me parece que gran parte de la población cuestiona no sólo
el funcionamiento sino los objetivos de la llamada "Comisión
de Investigación del 11-M".
En efecto, parece difícil que se pueda "tomar medidas
adecuadas para evitar nuevos ataques terroristas" sin antes
aclarar quiénes fueron los responsables intelectuales y
los verdaderos ejecutores de los atentados.
Cualquiera que haya tenido experiencia no ya en la clandestinidad
en tiempos de Franco -como es mi caso- sino en organizar bien
cualquier acto social, como una despedida de soltero, que implique
aunque sólo sea una docena de personas, sabe o intuye que
tanto los marroquíes detenidos cuando tranquilamente seguían
durmiendo en su casa como los volados en la trampa previamente
preparada del piso de Leganés, sólo son unos chivos
expiatorios. Y quien haya leído 11-M: Claves de una
infamia (Bruno Cardeñosa, Espejo de tinta, Madrid,
2003) o Los perros del infierno (Enrique Milá, PYRE,
Barcelona, 2003) tendrá sólidos argumentos al respecto,
argumentos que la Comisión haría bien en tener presentes
y responder.
Y una muestra del seguidismo que impera en los medios de comunicación
de masas es que los periodistas o entrevistados que osan criticar
"nuestra" Comisión, lo hacen poniendo como ejemplo
a seguir la Comisión del 11-S en los EE.UU. De nuevo, cualquiera
que con actitud crítica dedique unas horas a buscar en
Internet información independiente o a leer La gran
impostura (Thierry Meyssan, La esfera de los libros, Madrid,
2002), La gran mentira (León Klein, PYRE, Barcelona,
2002), 11-S: Historia de una infamia (Bruno Cardeñosa,
Corona Boreales, Madrid, 2003) o incluso Jefe Atta: El secreto
de la Casa Blanca (Pilar Urbano, Plaza Janés, Barcelona,
2003), llega a la conclusión de que ni Bin Laden fue el
responsable intelectual del 11-S, ni Mohamed Atta y los otros
18 jóvenes árabes acusados fueron los autores del
hundimiento de las Torres Gemelas ni del ataque (Rumsfeld dixit)
al Pentágono.
En realidad, ambas Comisiones sirven de segunda trinchera de protección
de la nunca demostrada versión oficial de los sendos atentados.
¿Para cuándo unos debates y unas investigaciones
que busquen la verdad de lo ocurrido, y que, en consecuencia,
permitan tomar medidas preventivas adecuadas?
Lluís Botinas i Montell
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