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         75 GUERRA CONTRA EL TERRORISMO


'Tuvimos Nueva York, tuvimos Madrid, tuvimos Londres... ¿Cuántas madres rotas más?'




Lunes, 11 de julio de 2005

Marie protagoniza la primera comparecencia pública de un familiar de una víctima | Su discurso se convierte en un alegato a la unidad de las culturas para lograr la paz | "Los gobiernos tienen que acabar con el odio que generan", dice el primo del fallecido

ROBERTO BÉCARES (enviado especial de elmundo.es)


LONDRES.- "Me decía siempre 'Mamá, no quiero morir. Quiero vivir para cuidarte, para lograr cosas buenas para ti. Te voy a hacer muy feliz, mamá'. Él es mi único hijo varón, la esperanza de la familia. Necesito saber qué ha pasado, dónde está". Las declaraciones de Marie, la madre nigeriana de Anthony Fatayi-William, quien se cree que murió en el autobús que explotó en Tavistock, probablemente conmoverán al país. Ha hablado entre lágrimas en el lugar de la explosión, apoyada por decenas de amigos de su hijo.

Anthony, nacido en Londres hace 26 años, vivía cerca de Candem Town. La mañana de los atentados cogió el metro, la Northern Line, para ir a trabajar a Old Street, en el distrito financiero, en las oficinas de OMEL, una empresa petrolera. A las 9.19 horas, llamó a su mejor amigo, Aurit Valin. Su hermana, que prefiere no dar su nombre, habla por él porque "está destrozado". "Nos dijo que había salido del metro porque iba muy lento, casi parado. Nos prometió que iba a pasar por nuestra casa, en Bond Street, a coger por la tarde sus cosas, que se había dejado allí el día anterior. Una mochila, su cartera y varias cosas más", dice.

Entre las 9.19 y las 9.41 no se supo nada de él. Varios testigos que se han puesto en contacto con la familia le vieron salir del metro en Morning Crescent, otros en Euston, ayudando a las víctimas del ataque en King´s Cross. Seis minutos antes de la explosión del autobús de Tavistock, llamó a su trabajo. "Les dijo que era todo un caos, que intentaría llegar en autobús", explica la hermana de su mejor amigo. Seis minutos después, una mochila con explosivos llevó el caos al bus número 30 del transporte londinense.

"La policía no nos llamó hasta el sábado. Supimos que estaba en la zona de Euston porque fuimos a la compañía de telefonía móvil, T-Mobile, y rastreando esa llamada supieron que estaba allí. La policía apenas nos informa de nada. Ayer nos llamaron para preguntarnos si él se había puesto en contacto con nosotros. Sinceramente, pensé que se trataba de una broma", relata con cierta rabia.


Primera rueda de prensa de un familiar

Los padres de Anthony llegaron el sábado procedentes de Lagos. Habían convocado una rueda de prensa para hoy enfrente de la plaza de Euston. Muchísima expectación rodeaba el evento, la primera comparecencia pública general de un familiar. Amigos del desaparecido llegaron a la zona media hora antes, muchos vestidos con camisetas donde sobre una foto de Anthony, se leía: "¿Cuántos más?". Se intercambiaban abrazos, compartían lágrimas, callados.

Todos hicieron un corro alrededor de la madre de su amigo, que llegó al lugar en un automóvil negro que cruzó por dirección prohibida para llegar al improvisado set de prensa. Marie, vestida con un típico vestido largo africano de color marrón claro, salió del coche con un dedo apuntando al cielo y dicendo algo ininteligible, probablemente una plegaria.

"Este es Anthony, mi hijo, y está perdido. Tememos que estuviese en el autobús que explotó el jueves", empieza mientras sujeta la foto del tercero de sus vástagos, el "protector de sus dos hermanas pequeñas". "Es mi único hijo varón, la cabeza de mi familia. La sociedad africana se aferra a sus hijos, que tienen sueños e ilusiones. Vinimos después de los atentados y todavía no sabemos nada. Su madre quiere saber lo que pasó, sus hermanas quieren saber lo que pasó, millones de amigos quieren saber lo que pasó", exclama, emocionada.

"Soy su madre. Él es el amor de mi vida. Prometí que le iba a proteger hasta que me muera. Necesito saber lo que pasó", prosigue, "para poder proteger sus valores, su memoria", insiste Marie, una cristiana trabajadora de la marca Elf en Nigeria y casada con un médico musulmán, que se mantiene al lado de su mujer mientras lee el mensaje que traía escrito. "Me decía que tenía la única preocupación de hacerme feliz y lo era", prosigue emocionada. "Estoy orgullosa de ti, estoy orgullosa de él", afirma.

La madre del desaparecido no ha querido pasar de puntillas sobre los terroristas que perpretaron la masacre. "Dicen que son guerreros, pero no son guerreros. ¿Está su causa ya servida?. No. La causa del divino es tener piedad, dar la vida no quitarla. El terrorismo no es la manera de llegar a la paz, matando a gente inocente", continúa mientras los amigos y allegados siguen sujetando carteles con fotografías, con la mirada perdida.

"A lo largo de la historia aquellos que han contribuido a la paz lo han hecho sin violencia. Eran disciplinados y hicieron sacrificios por la paz. Así han conseguido que la gente apoye su causa, como Nelson Mandela, Martin Luther King, Gandhi. La violencia no es el camino. Tuvimos Nueva York, tuvimos Madrid, tuvimos Londres. ¿Cuánta sangre más hay que derramar? ¿Cuántas madres rotas más?. ¿Cuántas lágrimas?. Alguien tiene que parar esta espiral de violencia", relata.

Por último ha hecho un alegato a la unidad de las culturas contra el terror. "Mi hijo es un nigeriano nacido en Londres. Aquí hay amigos suyos que son cristianos como él, musulmanes, hindús, judíos... y todos están unidos por el amor a Anthony. Estoy destrozada, destrozada. Él no hizo nada a nadie. Amaba a tanta gente. Ayudó a la gente de los ataques y pese a que era difícil llegar a su trabajo, prometió no faltar a la cita. ¿Por qué ahora no puedo verlo más?, Por favor, que alguien me lo explique".

Acaba su discurso y se hace el silencio durante varios segundos. No admite preguntas. Se va entre lágrimas. Sus valoraciones sobre el terrorismo son las primeras de un familiar del 7-J sobre el tema. Añadidas a su alegato a la unidad de las culturas para lograr la paz probablemente conviertirán a Marie en la imagen de los familiares al igual que Davinia es el icono de las víctimas.

Los amigos y algunos familiares de Anthony se mantienen en la zona. "Todos estamos muy afectados. Era un tío genial, un luchador nato, que siempre te estaba dando cariño", explica Skadig Williams, su primo, también residente en Londres. "Sabemos nosotros más que la policía. Queremos que nos den novedades. A estas alturas no me creo que esté dando vueltas por Londres sin llamar a nadie. La policía tiene que hacer algo. Condenamos todos estos ataques con todas nuestras fuerzas, pero los gobiernos tienen que acabar con todo este odio que generan", dice.

 

Marie impacta a los británicos

Marie, la nigeriana que espera noticias de su hijo. (Foto: AP)

Londres. 11-7-2005. 19:00 horas.- Las televisiones las están pasando canutas para emitir. Excepto en King's Cross, donde cada vez se depositan más flores en un espacio que ya ha cambiado de sitio hasta en dos ocasiones, porque interrumpía el tránsito de los peatones, la ciudad no ofrece imágenes novedosas para informar sobre el 7-J.
Las familias ya apenas acuden al Centro de Ayuda del Gobierno, así que en las afueras de la estación más golpeada por los atentados se ha instalado el set para las televisiones, procedentes de todo el mundo. Veo por aquí a Jim Lancey, el mítico rportero de la CNN, de pelo blanco y cara redonda y bonachona, que ha cambiado Atlanta por Londres por unos días.

Todavía sigo dándole vueltas a las declaraciones de Marie, la nigeriana que sigue esperando noticias de su hijo. Su discurso ha impactado. Su foto es la portada del 'Evening Standard'.

A muchos periodistas les brillaban los ojos, mientras ella volcaba su corazón y hablaba de dolor, de incertidumbre, de sangre derramada, de Mandela, de Gandhi, de Luther King, de paz, de diálogo. Acostumbrados a la frialdad británica, a los reporteros londinenses les ha emocionado a más que ninguno. Apenas lo dejaban entrever, sólo lo comentaban por lo 'bajini'.



Roberto Bécares, enviado especial de elmundo.es a Londres, nos cuenta en directo las consecuencias del ataque terrorista que ha sufrido la capital británica.



"A lo largo de la historia aquellos que han contribuido a la paz lo han hecho sin violencia. Eran disciplinados y hicieron sacrificios por la paz. Así han conseguido que la gente apoye su causa, como Nelson Mandela, Martin Luther King, Gandhi. La violencia no es el camino."
"Condenamos todos estos ataques con todas nuestras fuerzas, pero los gobiernos tienen que acabar con todo este odio que generan".

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