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         108 EL KATRINA Y EL 11-S


Los reproches políticos hacen del Katrina un antídoto para el triunfalismo tras el 11-S

PEDRO RODRÍGUEZ
ABC - 06-09-2005

Frente a la unanimidad de hace cuatro años, las autoridades federales, estatales y locales se enzarzan en un debate publico sobre quién es responsable del fiasco

WASHINGTON. Dentro de las comparaciones inevitables entre el 11-S y el Katrina -dos grandes y costosas tragedias sufridas por Estados Unidos en apenas cuatro años- resulta muy difícil no reparar en la creciente pugna para asignar responsabilidades políticas y en la espiral de enfrentamientos entre las diversas autoridades implicadas en esta crisis, envenenada por cuestiones raciales y por la mala gestión de recursos públicos para protección civil. Aunque todavía hay supervivientes que esperan ser rescatados, líderes locales, estatales y federales se han embarcado en un desmoralizador carrusel de culpas, comportándose más como víctimas que como líderes.

Mientras el presidente Bush volvía ayer a visitar la zona afectada, en una ofensiva política donde está en juego su ambiciosa agenda para el segundo mandato y el legado de su presidencia, el gobierno federal empieza a argumentar que la desorganización a nivel local y estatal explican la ralentizada respuesta desde Washington. Ante las responsabilidades malamente compartidas y los problemas básicos de comunicación, el secretario de Seguridad Interior, Michael Chertoff ha indicado que en futuras «ultra-catástrofes» habrá que plantearse la opción de «puentear» a gobernadores y alcaldes.

A escala estatal y local, este intercambio de acusaciones se centra en la actuación de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA), integrada desde el 11-S dentro del nuevo Departamento de Seguridad Interior. Como ha reprochado una portavoz de la gobernadora de Luisiana, «nosotros queríamos soldados, helicópteros, comida y agua mientras ellos querían negociar un organigrama». Problemas también denunciados por el vehemente alcalde de Nueva Orleáns, Ray Nagin, que ha hablado a estas alturas de lo que él describe como «demasiados cocineros ante un solo fogón».

En este campo fértil para el oportunismo político, la senadora Hillary Clinton ha empezado a exigir una comisión independiente para examinar la respuesta gubernamental al huracán Katrina, siguiendo el ejemplo de la profunda pesquisa realizada tras el 11-S. La senadora, posiblemente la pre-candidata del Partido Demócrata con más fuerza para las presidenciales de 2008, ha anunciado un proyecto legislativo para reconvertir la FEMA en una agencia independiente con rango ministerial.

La 'revuelta' de la gobernadora

Como prueba de esta batalla entre jurisdicciones enfrentadas, la gobernadora de Luisiana, Kathleen Blanco, se ha negado a firmar un acuerdo solicitado por la Casa Blanca para compartir el control de los efectivos de la Guardia Nacional. Propuesta que habría colocado a estos reservistas y a las tropas regulares del Pentágono -unos 57.000 soldados en la zona afectada por el ciclón- bajo el mando único del teniente general Russel Honoré. La gobernadora demócrata ha insistido en no compartir su mando sobre la Guardia Nacional y, además, en contratar a James Lee Witt, director de la FEMA durante la Administración Clinton.


Bush posa ante las cámaras en la sede de la Cruz Roja de América, el 4 de septiembre. (AFP/Mandel Ngan)

La senadora Mary Landrieu, demócrata de Luisiana, no ha dudado en rogar al presidente Bush que no haga más 'shows' para las cámaras, además de prometer 'un puñetazo' a cualquiera que se atreva a criticar la actuación de las autoridades locales. Llorando en televisión, Aaron Broussard, el presidente del diezmado condado de Jefferson, se ha declarado 'harto de ruedas de Prensa', pidiendo a Dios 'que se callen y nos envíen ayuda'. Malestar compartido incluso por correligionarios políticos de Bush.

Decepcionados con Bush

Según comentaba William Kristol, ideólogo conservador y columnista, "casi todos los republicanos con los que he hablado están decepcionados con la actuación de Bush", que comenzó la semana del Katrina conmemorando el final de la II Guerra Mundial en el Pacífico y haciéndose una comentada foto tocando la guitarra. Según Kristol, "aunque no se puede discutir que Bush es un presidente fuerte, nunca se ha concentrado en la importancia de una buena ejecución de planes. Creo que esto es aplicable a muchas cuestiones en su presidencia".


El Presidente Bush fotografiado en su visita a la Naval Base Coronado durante una actuación del cantante country Mark Wills. (AP Photo/ABC News, Martha Raddatz) (30-08-2005)

Para complicación adicional, el desastre ha coincidido con el veraneo de todos los pesos pesados del gobierno. Empezando por Bush, en su rancho de Crawford; el vicepresidente Cheney, en Wyoming; el jefe de gabinete, Andrew Card, en Maine, y Condi Rice, en Manhattan. Y la principal asesora presidencial de imagen, Nicolle Devenish, casándose en Grecia con una larga lista de invitados. El primer discurso del presidente a la nación ha sido criticado por su tono frío y funcionarial. En apariciones posteriores, Bush ha dado una impresión más bien distraída y dubitativa.

 

 
El 'responsable'
PEDRO RODRÍGUEZ
ABC, 06-09-2005

WASHINGTON. En la rifa para determinar quién tiene la culpa de la pésima respuesta oficial al «Katrina», el mayor número de papeletas se encuentran en poder de Michael Brown, director de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA), quien se ha cubierto de gloria al declarar públicamente que no tuvo conocimiento hasta el jueves de que había miles de personas abandonadas en Nueva Orleáns. Negligente ignorancia que ha llegado a inspirar el chascarrillo de que a partir de ahora, las operaciones de rescate y ayuda humanitaria deberían ser encomendadas en Estados Unidos a las grandes cadenas de televisión.

La penosa actuación de la FEMA en Luisiana ha generado bastante curiosidad sobre las credenciales de Michael Brown, que en los diez años antes de desembarcar en Washington gracias a conexiones políticas trabajó como comisionado de algo llamado 'Asociación Internacional del Caballo Árabe', un grupo de Colorado que organiza ferias ecuestres. Cinco años después de ser cesado de ese puesto 'por no seguir instrucciones', Brown se encontraba como máximo responsable federal ante uno de los peores desastres en la historia de EE.UU.

Durante estos gloriosos días, Brown ha descrito la situación de seguridad en Nueva Orleáns como "bastante buena" y se ha permitido desde hacer bromas en sus ruedas de Prensa hasta afirmar que desconocía la existencia de cadáveres abandonados. El bochornoso espectáculo ha llegado hasta tal punto que durante una entrevista en la cadena ABC se le ha llegado a preguntar: "¿Pero usted ve la televisión en su trabajo?".

La ascensión de Michael Brown dentro de la FEMA se explica gracias a su vieja amistad con su anterior director, Joe Allbaugh, hombre de confianza de Bush desde los tiempos de gobernador de Texas. El frustrado aspirante republicano a congresista fue nombrado primero consejero legal y después subdirector. Asumiendo el puesto de director cuando Allbaugh dimitió hace dos años.

A pesar de todo, Bush no ha tenido reparos durante su primer viaje a la zona afectada en alabar la gestión del cuestionado responsable de la FEMA diciendo «Brownie está hacienda un excelente trabajo». Pero, como ha indicado una irónica funcionaria de Florida, el hombre realmente merece ser felicitado porque no se sabe de un solo caballo árabe que haya sucumbido ante el Katrina.





Imagen de Michael Chertoff a su llegada al Louisiana State Emergency Operations Center en Baton Rouge. Allen Fredrickson, REUTERS.


Ray Nagin(tipsevents.com)


Hillary Clinton
(AFP/File/Brendan Smialowski)

Hillary Clinton exige una Comisión de investigación para el Katrina.








Kathleen Blanco
(Pervaiz Jamil para pakistantimes.net)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 




 



MICHAEL BROWN
Director de la Agencia Federal de Emergencias (FEMA)

La penosa actuación del organismo federal de catástrofes ante el «Katrina» ha puesto en evidencia las dudosas credenciales de su jefe, dedicado antes a organizar ferias ecuestres