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24-04-2004. MADRID:
El informe Múgica apareció
en El Mundo el 18 de abril de 2004.
Ha recibido grandes elogios y duras
críticas. Pero ¿todo
el artículo es defendible o
censurable? Me he propuesto analizar
el trabajo de Fernando Múgica
punto por punto. Resaltando los puntos
negros y los blancos.
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Han pasado ya 38
días desde los trágicos acontecimientos
del 11-M. Un tiempo prudencial como
para que, dejando a un lado los inevitables
impulsos emocionales que provocaron
los atentados, reflexionemos sobre
los datos revelados hasta ahora por
los investigadores y, ante todo, sobre
nuevos elementos que ponen en duda
muchas de sus conclusiones. EL MUNDO
ha conversado, durante este tiempo,
con fuentes de los distintos cuerpos
de seguridad del Estado, testigos
cercanos a los detenidos y analistas
de varias embajadas para elaborar
un laborioso puzzle que abre horizontes
inquietantes. En los días previos
a las elecciones se preparaban, en
secreto, golpes de mano espectaculares
contra la cúpula de ETA. Durante el
11-M, y en los días posteriores, se
manipularon informaciones, se desviaron
pistas, se ocultaron datos vitales
para el esclarecimiento de los hechos.
Son los agujeros negros de unas jornadas
que cambiaron, de una forma drástica
e imprevisible, el rumbo político
del país. Las flagrantes incongruencias
de lo que hasta ahora se ha conocido
deben dejar paso a la exigencia ineludible
de que se llegue hasta el fondo de
la verdad de todo lo que sucedió.
El 10 de marzo, miércoles, el Gobierno
de José María Aznar está muy tranquilo.
Sabe por todas las encuestas que cuatro
días después va a ganar las elecciones.
El propio Felipe González lo declara
en un círculo de íntimos esa misma
tarde: «No tendrán la mayoría absoluta,
pero van a ganar las elecciones».
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Una aclaración:
era Mariano Rajoy y no Aznar
quien se presentaba a las elecciones.
La frase de González es de capital
importancia pues al PP no le
bastaba ganar las elecciones,
sino que necesitaba la mayoría
absoluta, pues difícilmente
podría llegar a pactos con otras
fuerzas a las que había convertido
en sus enemigas.
Este dato era muy trascendente
para el futuro de la coalición. |
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Al presidente le
tienen preparado un regalo de fin
de curso. Sus colaboradores más próximos
saben que para él, la lucha contra
ETA ha sido uno de los ejes centrales
de su actuación. Por eso, las Fuerzas
de Seguridad le van a dar una gran
satisfacción que a la vez servirá
como una última catapulta electoral
para arrasar en los comicios: la captura,
de golpe, de toda la cúpula de la
banda y de prácticamente todos sus
comandos operativos conocidos. Aznar
podrá así, dentro de su último mandato
y por un margen de un par de días,
cumplir con una de sus promesas más
solemnes: acabar con el grueso de
la organización terrorista. Se ha
elegido cuidadosamente la fecha del
gran golpe: la noche del viernes 12
de marzo, justo en el momento en que
el país abandona la campaña electoral
para sumergirse en la jornada de reflexión. |
De ser cierta
esta información, el autor estaría
acusando a Aznar y a su gobierno
de conspirar para manipular
el resultado electoral. Este
tema por su extrema gravedad
debería ser investigado. De
hecho esta revelación es la
más importante de todo el artículo. |
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Los agentes de campo
están cada uno en su puesto vigilando
a los terroristas. El secreto de la
operación es absoluto. Las Fuerzas
de Seguridad han trasladado al Gobierno,
en las últimas semanas, su preocupación
al considerar que ETA puede intentar
un atentado salvaje que irrumpa de
forma determinante en la campaña electoral.
En este sentido, se han analizado
hasta la saciedad los intentos de
la banda por volar trenes en la estación
madrileña de Chamartín coincidiendo
con la tarde de la Nochebuena última.
Hay detalles de Inteligencia que indican
que es muy posible la utilización
de mochilas. Los dos jóvenes capturados
en una carretera comarcal de Cuenca
con una furgoneta en la que transportaban
500 kilogramos de explosivos, Irkus
Badillo y Gorka Vidal, han declarado
que ETA les había ordenado la colocación
en la estación de esquí de Baqueira
Beret, en las últimas Navidades, de
12 bolsas y mochilas con explosivos
para que explotaran de una forma coordinada.
Tras observar el terreno desistieron
de la acción. Todos han dado por supuesto
que la Guardia Civil está detrás de
la captura en una operación de seguimiento
de la furgoneta desde Francia, pero
no es cierto. Aunque parezca imposible,
ha sido una detención casual. Eso
quiere decir que no tienen a los nuevos
comandos jóvenes tan controlados como
creían. ¿Para qué pueden querer 500
kilos de explosivos en Madrid el 28
de febrero si no es para destrozar
las elecciones? |
Cuando Múgica
dice que no es cierto ¿cuál
es su fuente? |
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TELEFONOS MOVILES
También les preocupan los teléfonos
móviles. En la estación de San Sebastián,
los servicios especiales de la Guardia
Civil habían encontrado semanas antes
lo que calificaron como una bomba
cebo. No se trataba de una trampa
destinada a destrozar a quienes intentaran
desactivarla. Por el contrario, era
un artefacto inofensivo pero que tenía
como iniciador un teléfono con dos
cables, uno rojo y otro azul. ETA
ha intentado desde hace tiempo utilizar
teléfonos para cometer sus atentados.
Así lo hicieron en el cementerio de
Zarautz, el 9 de enero de 2001, cuando
se encontraban reunidas muchas personalidades
junto a la tumba del concejal del
PP José Ignacio Iruretagoyena, asesinado
tres años antes. Los últimos informes
de Inteligencia en poder del CNI explicaban
con detalle las pruebas de ETA para
utilizar teléfonos móviles como iniciadores
de bombas. Informes anteriores detallaban
que los terroristas no habían conseguido
subsanar técnicamente un desfase entre
el momento de la decisión de activar
el explosivo y la explosión, un corto
intervalo de tiempo que a veces era
de unos simples segundos. Pero el
último informe era categórico: al
fin habían logrado la simultaneidad.
Los teléfonos móviles ya eran operativos
para ETA. Presumiblemente, en el próximo
gran atentado sería el sistema utilizado
por los asesinos. En la mañana del
11 de marzo se produce un enorme desconcierto.
Es importante la coordinación entre
las Fuerzas de Seguridad y el Gobierno
en funciones. Llegan las primeras
noticias del atentado y con ellas
los datos de que, al parecer, se han
empleado teléfonos móviles para hacer
estallar al menos 10 o 12 mochilas
y bolsas en los trenes próximos a
la estación de Atocha. Por los datos
aportados anteriormente, todos piensan
en ETA. Se envía inmediatamente al
norte la orden de que los agentes
operativos den noticia de los objetivos
que están siendo estrechamente vigilados
para la macro operación preparada
para el viernes por la noche. Los
informes van llegando y el desconcierto
aumenta. Todos los etarras están en
su sitio. Ninguno de los vigilados
ha podido ser el autor de la masacre.
Muchos recuerdan la furgoneta detenida
en Cuenca y al comando que surge de
la nada. En ese momento de máximo
desconcierto, sucede algo que provoca
que el Gobierno cometa el mayor error
de su mandato. Comienza la trampa.
Un miembro de los Cuerpos de Seguridad
envía por teléfono y desde el mismo
lugar de los hechos la primera valoración
del explosivo. Siempre de viva voz
y sin que nadie ponga todavía nada
por escrito se nombra la palabra mágica:
Titadine. Es el fabricante de una
modalidad de dinamita que utiliza
habitualmente ETA. La palabra se extiende
entre los que tienen algo que ver
con el caso y los primeros informes
que llegan a la Policía Nacional,
la Guardia Civil, el CNI, el Gobierno
de la nación y el Gobierno vasco.
El error al transmitir el informe
sólo puede ser intencionado. Ningún
experto policial, y menos los especialistas
en desactivación de explosivos, podrían
confundir Titadine con Goma 2. Los
olores que provocan ambas sustancias
son tan diferentes como un plátano
y una pera. Pero en los primeros momentos
de confusión, téngase en cuenta que
a esa hora de la mañana ni siquiera
se sabe aún el número de víctimas,
produce un efecto multiplicador demoledor.
Esos primeros indicios son los que
le hacen pronunciar a Ibarretxe aquel
discurso tan precipitado en el que,
con una cara de enorme preocupación,
arremete contra ETA después de considerar
como un hecho cierto que han sido
ellos los autores. El Gobierno también
cae en el mismo error. |
La policía
no comete este tipo de errores.
El PP quería que fuese Titadine,
porque prefería a ETA como autora.
No quisieron salir del error,
pues podrían haberlo confirmado
con gente de su confianza. |
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Aquí juega un papel
determinante Arnaldo Otegi, parlamentario
de Sozialista Abertzaleak, que insinúa
a una radio local del País Vasco,
Herri Irratia, que lo primero que
le ha venido a la cabeza es que «el
Estado español mantiene fuerzas de
ocupación en Irak». La pista radical
islamista se pone así en marcha poco
después de las 10 de la mañana. Pero
Otegi sólo trata de ganar tiempo.
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OTEGI MIENTE
A las 13.00 horas volverá a reafirmar
esta idea para salir al paso de las
primeras declaraciones del ministro
del Interior, Angel Acebes, que defiende
con rotundidad la autoría de ETA.
Otegi no contempla «ni como mera hipótesis»
que ETA pueda ser la autora de los
atentados de Madrid. Pero está mintiendo
y el presidente del Gobierno a esas
horas ya lo sabe. Las Fuerzas de Seguridad
tienen constancia de una conversación
que el propio Otegi ha mantenido con
alguien de su entorno antes del mediodía
-dos horas más tarde de sus primeras
declaraciones exculpatorias para ETA-
y en la que muestra su desconcierto,
su miedo, su total estupor: «Si sale
alguien por ahí (se refiere a alguien
de los suyos) reivindicando esto,
estamos perdidos definitivamente.
Yo tengo que saberlo cuanto antes
porque si es así no puedo volver a
mi pueblo. Tengo que marcharme cuanto
antes. Necesito saberlo». |
El autor no
demuestra que Otegui miente,
sino que Aznar y su Gobierno
no quieren creerle. No contemplan
ni como mera hipótesis que existan
otros actores que no sean ETA.
Están decididos a mantener esa
versión cueste lo que cueste.
Están decididos a mentir. |
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Lo que el Gobierno
no conoce es que ya en esos momentos
se han puesto a trabajar duramente
un grupo de mandos policiales y algunos
agentes del CNI, de la cuerda más
dura y leal al partido socialista,
para informar a sus dirigentes de
todos los detalles que puedan conducir
la situación en beneficio propio.
Son los mismos que consiguen que cambie
de manos la investigación y que la
controlarán desde ese momento. Se
forma un equipo hermético que deja
de lado a la Guardia Civil y que ralentiza
las informaciones que se pasan al
CNI. Llaman, sin embargo, cada pocos
minutos a una célula del PSOE que
obtiene así información privilegiada,
lo que les permite montar una estrategia
eficaz contra el Gobierno. Saben que
éste sigue empeñado en la tesis de
ETA y permanecen callados para que
Aznar, Rajoy y Acebes se metan ellos
solos en la trampa. |
Esta hipótesis
es plausible, pero de nuevo
tenemos que conformarnos con
las afirmaciones de Múgica.
Afirma que puede haber miembros
del CNI descontentos dispuestos
a reventar la versión que el
Gobierno se ha empeñado en mantener.
¿Por qué? El CNI tiene una larga
lista de agravios contra el
Gobierno, acumulados en los
últimos meses: Irak, Yak, Carod,...
El que simpaticen o no con el
PSOE sería irrelevante. |
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A la vez, comienzan
a darse a conocer, a cuentagotas,
detalles que marcan un camino a la
opinión pública. En la misma mañana
del 11-M aparece una misteriosa furgoneta
blanca. Un portero ha visto a tres
sospechosos, con la cara y la cabeza
cubiertas, junto a una furgoneta blanca
marca Renault, modelo Kangoo. Uno
de ellos llevaba una bolsa y se ha
dirigido hacia el tren, en torno a
las siete de la mañana, en la estación
de Alcalá de Henares. Se dice en un
primer momento que la furgoneta no
tiene huellas, más tarde aparecerá,
en el transcurso de los siguientes
días de la investigación, una huella
de un joven marroquí a quien pronto
se acusará de ser uno de los autores
materiales de los atentados, Jamal
Zougam. Este podría ser el hombre
que vio el portero con una bolsa entrar
en la estación de Alcalá de Henares.
En su entusiasmo, el testigo relata
a la policía que era un hombre alto,
como de 1,90 metros, muy fuerte. Zougam
apenas sobrepasa el 1,60 de estatura. |
Este
dato deberíamos tenerlo muy
en cuenta: el testigo habla
de hombres altos y con cabeza
cubierta. No habla necesariamente
de árabes. |
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EL PSOE INFORMADO
Miembros del PSOE, avisados por su
gente en la policía, saben desde la
mañana de la existencia de la furgoneta,
antes incluso que el propio CNI. La
Inteligencia española no conoce, a
la hora de redactar uno de los informes
que el Gobierno en funciones desclasificaría
días más tarde, ni siquiera la existencia
de esa furgoneta, matrícula 0576 BRX.
Se dice que su dueño presentó una
denuncia por desaparición del vehículo
unos días antes, el 28 de febrero,
y que fue robada frente a su domicilio
en el populoso barrio de Cuatro Caminos
de Madrid. Cuando la encuentran, conserva
las placas de matrícula originales
y los expertos determinan que se ha
utilizado sin forzar nada y con llaves
originales. Al dueño le desapareció
todo el manojo de sus llaves hace
casi un año. Es falso que viva en
Cuatro Caminos. Su domicilio, como
figura en la propia denuncia, está
en una calle con nombre de vegetal
de la localidad de Torrelodones. En
la revisión de la furgoneta se tarda
las horas suficientes como para que
el Gobierno se meta un poco más en
la trampa de la autoría de ETA. Se
da la excusa de que la policía no
tiene Tedax libres. Todos sus especialistas
en explosivos están ocupados en los
lugares de los atentados. Pero lo
que no dicen es que la Guardia Civil
ofrece sus servicios de Tedax y son
rechazados de forma categórica. Muy
avanzada la tarde, y a pesar de que
un perro-policía ha demostrado horas
antes lo contrario, se da a conocer
que se han encontrado restos de explosivos.
Incluso se habla de un cartucho de
125 gramos de dinamita Goma 2 Eco.
No es cierto. El perro que se empleó
para el reconocimiento no se comportó
como lo hacen invariablemente cuando
encuentran explosivos, con inmovilidad
absoluta. En la furgoneta no había
explosivos cuando la policía la precinta
en Alcalá. La furgoneta es trasladada
primero a la Brigada Provincial de
Información en la calle Tacona de
Moratalaz. Desde allí, a las 14.14
horas, se lleva a las instalaciones
de la Comisaría General de Policía
Científica, ubicadas en Canillas.
Los funcionarios de la comisaría de
Alcalá no habían detectado explosivos
en su inspección ocular. Es en Canillas
donde se encuentra, debajo de uno
de los asientos delanteros, una bolsa
con siete detonadores de distinto
tipo y fecha. Pero la noticia de la
jornada, la que hace que todo dé un
vuelco definitivo, es la aparición
de una cinta de audio con versos del
Corán. Comienza a asomar así lo que
un veterano investigador de la policía
ha definido como el cuento de Pulgarcito,
alguien que encuentra el camino porque
previamente ha dejado las piedrecitas
blancas que le indican el mismo. En
la furgoneta hay también una casete
en árabe - junto a otras de Plácido
Domingo- pero lo que nadie dice es
que la cinta, grabada en Arabia Saudí
e interpretada por un cantante, corresponde
a unos versos de iniciación al Corán,
algo que no cuadra en un peligrosos
y fanáticos terroristas islámicos.
Es como si en manos de unos terroristas
integristas católicos del IRA se encontrara
un librito de iniciación al Catecismo.
Pero el efecto mediático ya se ha
producido. |
Este
dato es muy similar a lo ocurrido
tras los atentados del 11 de
septiembre en 2001. En uno de
los coches utilizados por los
presuntos terroristas se encontraron
versículos del Corán y un manual
de instrucción de vuelo. Era
como si los terroristas que
luego efectuarían maniobras
casi imposibles, tuvieran que
repasar el manual de instrucciones
de cómo pilotar un Boeing. |
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Una hora más tarde
se da a conocer la reivindicación
de un grupo islamista, las Brigadas
Abu Hafs Al Masri, que ha mandado
un e-mail a un periódico británico
en lengua árabe, Al Quds Al Arabi.
Los especialistas no le dan ningún
valor como demuestra, con sólidos
argumentos, otro de los documentos
del CNI desclasificados. Los que firman
la autoría son un grupo que en los
últimos meses ha reivindicado todo
lo imaginable, incluidos los últimos
apagones de Nueva York. En los días
siguientes se producen hasta siet
reivindicaciones diferentes de, al
menos, cinco grupos organizados, procedentes
de cuatro países diferentes. |
Las
reivindicaciones de Al Qaeda
son siempre objeto de duda.
Los hay que afirman rotundamente
que Al Qaeda no existe. Que
se trata de una invención mediática
que representa al enemigo de
Occidente y sobre todo de EE
UU. Observemos, no obstante,
que para el autor sí tienen
valor los informes del CNI desclasificados
por el PP, y no las afirmaciones
de miembros del CNI sobre el
curso de las afirmaciones. |
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TENEMOS OTRA BOMBA
Otra pista clave irrumpe de pronto
en el panorama. A las dos de la madrugada
del viernes, miembros de la comisaría
de Vallecas llaman a los Tedax después
de haber encontrado una bolsa que
contiene una bomba. No es la única
que no ha explotado a lo largo del
jueves. En la mañana de los atentados
aparecen al menos tres más en las
cercanías de la estación de Atocha
y en la de El Pozo. En todos los casos
los artificieros optan por destruirlas
inmediatamente. Se vuelan por los
aires de esa manera pistas materiales
que parecen imprescindibles para el
esclarecimiento de los hechos. Un
joven policía municipal relata su
hallazgo muy pormenorizadamente. Es
un novato que apenas lleva un año
de servicio. Jacobo Barrero cuenta
cómo encontró debajo de uno de los
asientos del segundo piso de uno de
los trenes afectado por las explosiones
una mochila negra. Cuando la abre,
casi le da un síncope. Ve un teléfono
del que salen dos cables, «uno rojo
y uno negro», que están conectados
a una fiambrera redonda de color naranja.
No habla en ningún momento de cartuchos.
Corre hasta una tapia cercana con
la bolsa y llama muy nervioso a sus
superiores. No le hacen demasiado
caso y decide volver a intentarlo,
esta vez con la Policía Nacional.
Atienden su aviso y envían a los Tedax.
Varios expertos en la materia no entienden
todavía por qué decidieron volar la
bolsa. «Un simple chorro de agua podría
bastar para inutilizarla, sobre todo
sabiendo que a pesar de los traqueteos
a los que le sometió el agente que
la había encontrado no se había activado».
El caso es que aquella mañana destruyen
esa y el resto de las mochilas que
no habían explotado. En el aire quedó
un olor picante muy intenso, nada
que ver con el Titadine cuyo nombre
tanto había despistado en un primer
momento. |
Aquí
se mezcla la torpeza y la confusión
con las órdenes del Gobierno.
Si el Gobierno ya había expresado
cuál era su versión de los hechos
¿por qué seguir investigando?
o si hay dudas sobre la versión
oficial, ¿no sería mejor destruir
pruebas? Es una reacción que
recuerda a la gestión del Prestige |
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Pero vayamos a la
madrugada del viernes. A las 2.40
horas, y a requerimiento a través
de una llamada de los policías de
servicio, los Tedax, llegan a la comisaría
de Vallecas para inspeccionar una
bolsa azul, con asas de cuero. En
su interior hay una masa gelatinosa,
unos 10 kilos, de lo que luego se
averiguará que es dinamita Goma 2
Eco, de la fabricada por Explosivos
Riotinto, unida a un detonador eléctrico
marca Riodets, fabricado en Galdakano,
Vizcaya, como los encontrados en la
furgoneta blanca. Mezclados con el
explosivo hay un kilo aproximado de
clavos y tornillos. Al día siguiente,
se da a la prensa la versión de que
alguien en la comisaría de Vallecas
se había percatado del contenido de
la bolsa por casualidad, después de
que sonara un teléfono móvil en su
interior. Se ha publicado que la bomba
no había hecho explosión a las 7.20
horas en el tren porque los terroristas
se habían confundido al colocar la
hora del despertador que tenía que
activar el mecanismo. Pusieron la
hora en PM en lugar de AM. No es cierto.
De serlo, hubiera estallado a las
7.20 horas de la tarde, y no fue así.
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LA MOCHILA TRASHUMANTE
La realidad es que esa bolsa dio teóricamente
vueltas por Madrid durante muchas
horas sin que nadie se percatara de
ella. Algunas versiones dicen que
fue trasladada hasta Ifema con el
resto de las pertenencias que se encontraron
y que nadie había reclamado.Lo único
que se sabe es que alguien llamó desde
la comisaría de Vallecas a los Tedax
a las 2.00 horas de la madrugada del
viernes para que se hicieran cargo
de ella. La relación con los trenes
es meramente circunstancial. Cualquiera
podía haberla colocado en Ifema. La
bolsa esta vez, contraviniendo lo
que la policía había hecho hasta ese
momento con las mochilas bomba que
habían encontrado intactas, no es
destruida. Los Tedax quieren deshacerse
de ella y es un comisario jefe quien
se lo recrimina mientras uno de sus
inspectores (Protección Ciudadana)
se ofrece voluntario para neutralizarla.
Múgica tiene razón cuando afirma que
“cualquiera podía haberla colocado
en Ifema. Con lo cual toda la trama
que lleva a los árabes es, circunstancial.
Sea como fuere, figura las 5.12 horas
como el momento en que es desactivada,
en un parque cercano. Es así como
se obtienen todas las pistas que llevarán
a los investigadores a las primeras
detenciones. Es sorprendente que en
las imágenes policiales tomadas del
contenido de la bolsa no aparece ningún
tipo de cartucho de dinamita. Sólo
hay una masa gelatinosa de explosivo,
un teléfono móvil con dos cables incrustados,
una batería para el teléfono y, por
supuesto, la tarjeta del móvil. Las
fotografías son publicadas por la
cadena de televisión estadounidense
ABC y pueden ser contempladas por
cualquiera en su página de Internet. |
La
cadena ABC es uno de los medios
que mejor difundieron la 'Versión
Oficial' del 11-S |
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Aquí viene uno de
los episodios más curiosos de toda
esta historia. La tarjeta del teléfono
lleva a los investigadores hasta un
hombre de raza gitana que es quien
ha contratado con Amena ese número.
Descubren así que la tarjeta está
clonada y que el teléfono lo ha vendido
una pareja de comerciantes indios
en su establecimiento.¿A quién? A
Jamal Zougam, un trapisondista marroquí
de poca monta que tiene un locutorio
muy popular en Lavapiés. Precisamente
se dedica a comerciar con tarjetas
de móviles, entre otras cosas. Es
un viejo conocido de la policía y
de los servicios secretos de medio
mundo. Los franceses enviaron en 2001
una comisión rogatoria relacionándolo
con Maher y Contelier, dos activistas
vinculados a la organización Ansar
al Islam. La policía registró en aquella
ocasión su domicilio sin encontrar
nada raro. Se trata de un hombre marcado.
Es uno de los 300 marroquíes a los
que el servicio secreto da un repaso
de vez en cuando por si está haciendo
algo peor que robar con los teléfonos.
Su nombre aparece en el sumario del
juez Garzón por el 11-S y en las agendas
de Abu Dahdah, que está en la cárcel
como responsable de la célula de Al
Qaeda en España. En la tarde del viernes
los investigadores que han apostado
por la pista de ETA sienten alivio
cuando les cuentan que han encontrado
una tarjeta de teléfono en la mochila
que no explotó y que es de fabricación
francesa. Creen que el rastreo de
esa tarjeta les va a llevar hasta
San Juan de Luz. Por eso, agentes
del CNI llaman a sus fuentes para
comunicarles que la pista de ETA cobra,
de nuevo, una gran fuerza y que es
la más fiable, a pesar de todos los
demás indicios. Acebes sale de nuevo
en televisión esa tarde y sonríe para
sus adentros convencido de que pronto
va a poder demostrar que la pista
etarra es la verdadera. |
Una
forma de trabajar muy ingenua
la del CNI. |
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NO ES AL QAEDA
Los expertos en terrorismo islamista
han aportado además dos nuevos datos
que consideran claves a la hora de
descartar a Al Qaeda: esta organización
nunca reivindica sus atentados hasta
después de un mes y medio de que los
haya cometido y, sobre todo, jamás
han robado una furgoneta, como la
blanca que se encontró con la casete
con versos del Corán, para una de
sus acciones armadas. La compran o
la alquilan. Pero el viernes a las
12 de la noche, cuando todavía los
gobiernos británico e italiano comunican
a Madrid que en su opinión la autoría
es de ETA, la tarjeta del móvil no
lleva a ETA sino a Zougam. Los islamistas
pasan a primer plano y ya nadie se
atreve siquiera a insinuar la posibilidad
de que ETA esté involucrada. Hace
ya horas que por puro sentido común
se ha paralizado la operación, preparada
para esa noche, para detener a toda
la cúpula etarra. |
Múgica
habla de sentido común. ¿No
detener a la cúpula terrorista
de ETA es de sentido común?
El sentido común ¿depende de
cómo la opinión pública valoraría
la noticia? ¿Y el sentido del
deber? |
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La juez francesa
antiterrorista Le Vert llama a una
alta personalidad del PSOE para advertirle
de que los expertos franceses descartan
a ETA. Un camarero que se encuentra
sirviendo la mesa donde se recibe
la llamada cuenta que, en ese momento,
uno de los comensales pide el champán
más caro de la casa y dice «¡Hemos
ganado las elecciones!». Dos horas
y media más tarde, como consta en
la fecha y hora de algunos de los
email que se difunden, comienza a
propagarse la idea de que el Gobierno
miente y de que hay que ir a pedir
cuentas a las sedes del PP. Pero sobre
el terreno, no sólo están los investigadores
españoles. EL ENFADO ISRAELÍ Agentes
de muchos servicios secretos occidentales
se mueven con rapidez e intercambian
informaciones. Los estadounidenses
están muy enfadados. A través del
Departamento de Estado han solicitado,
hasta en ocho ocasiones y de una manera
formal, que se acepte a agentes del
FBI en las tareas de investigación.
Son rechazados sistemáticamente. Lo
peor es que Washington ha advertido
en los últimos meses a España de la
necesidad de reforzar las medidas
de seguridad ante la eventualidad
de un gran atentado en Europa. En
Gran Bretaña, en Alemania, en Francia,
en Italia se toman medidas excepcionales.
Se suprimen vuelos y se hace ostensible
la presencia de militares en aeropuertos
y estaciones. En España no sucede
nada de eso. |
La Administración Bush empeñada
en enviar sus agentes del FBI.
Claro, que tienen mucha experiencia
con el 11-S. ¿Cuál hubiera sido
su misión? |
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En la embajada de
Israel, hubo una actividad frenética
durante el 11-M. Su enfado era más
profundo que el de los americanos.
Desde hacía exactamente un año habían
informado a las autoridades competentes
en materia de seguridad españolas
de que integristas islamistas preparaban
en Madrid un gran atentado. No son
informes difusos sobre una amenaza
inconcreta. Al menos en 10 ocasiones,
agentes de la seguridad israelí se
lo han hecho saber a sus homólogos
españoles. En los últimos encuentros
aumenta la tensión. Jerusalén cree
saber que los terroristas, que están
sobre el terreno hace tiempo, tienen
ya el material suficiente para una
gran masacre. Está todo listo y sólo
falta la orden de llevarla a cabo.
Creen que será contra la comunidad
judía en España. Los agentes israelíes
sienten un profundo malestar por la
nula capacidad receptiva de sus interlocutores.
La última advertencia seria se la
hacen exactamente tres semanas antes
de los atentados del 11-M. La actitud
de indiferencia por la información
aportada que detectan en sus interlocutores
les hace sentirse tan incómodos que
sugieren a sus superiores que lo más
conveniente sería no insistir para
no enturbiar las relaciones entre
ambos grupos. |
La insistencia de Israel es
otro punto común con el 11-S.
Entonces se habó de una red
de más de 100 espías de esta
nacionalidad que podrían haber
tenido algo que ver. Se llegó
a afirmar que Daniel Deblin,
un agente secreto fue muerto
de un disparo en el vuelo que
presuntamente comandaba Atta.
Israel parece estar siempre
bien situado. Sharon anuló su
viaje a Nueva York a la que
tenía previsto llegar el mismo
día 11. |
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Los españoles sólo
se tomarán en serio la advertencia
a toro pasado, cuando descubren entre
los papeles rescatados del piso de
Leganés donde murieron siete terroristas
planos y datos concretos para realizar
un gran atentado durante una concentración
en el cementerio judío de Hoyo de
Manzanares. A pesar de todas las consideraciones
anteriores, los atentados de Madrid
pillan a los israelíes por sorpresa.
Los primeros detenidos no pertenecen
a las células que ellos están siguiendo.
Pero lo que más les llama la atención
es el hecho de que los investigadores
españoles no acepten su ayuda. En
Israel se encuentran los mejores especialistas
en medicina forense relacionados con
terroristas suicidas. Tienen una enorme
experiencia en casos similares a los
atentados del 11-M, no en vano han
tenido que sufrir 1.000 muertos en
atentados parecidos en los últimos
cuatro años. Por eso son capaces de
saber rápidamente si en los atentados
han intervenido kamikazes. Tras las
explosiones de Madrid pretenden volar
desde Tel Aviv varios de estos especialistas
para colaborar en la investigación.
FALSOS KAMIKAZES
Pero la policía española, que ya ha
rechazado a los estadounidenses, rechaza
también a los israelíes. Y eso, a
pesar de algunos rumores del primer
día en los que se difunde la noticia
de que puede haber restos de kamikazes
entre las víctimas. En realidad se
trata de una simple confusión, para
algunos intencionada. En Ifema recogen
y separan los restos de las víctimas.
Las bolsas de plástico contienen signos
de colores para organizar mejor la
identificación. Hay tres bolsas aparte
con restos que nadie es capaz de atribuir
a una persona concreta. Hay incluso
trozos de cuerpos de gente que está
con vida en los hospitales. Esas tres
bolsas dan lugar a los rumores difundidos
por medios de comunicación y que luego
quedarían desmentidos. El propio Zapatero
hace llamadas en las que afirma que
ya han encontrado restos de kamikazes
y que el Gobierno lo oculta. Días
más tarde y ya con la investigación
avanzada, los especialistas israelíes
no comprenden como el CNI y el resto
de los Cuerpos de Seguridad españoles
no fueron capaces de detectar ningún
signo de que algo iba a suceder relacionado
con los círculos islamistas y sin
embargo, en un tiempo récord, han
sido capaces de desentrañar la trama
y detener a los autores. |
Este punto es calcado del 11-S.
Allí no salieron los cazas,
no se tomó ninguna medida de
las que son habituales incluso
sin alarmas. Y, sin embargo,
supieron la identidad de los
terroristas en el tiempo record
de 48 horas. |
|
Tampoco consideran
verosímil el hecho de que instigadores,
organizadores, proveedores de material
y ejecutores sean un mismo grupo,
mezclado entre sí, que dejan pistas
comunes como los números apuntados
en las agendas y las llamadas cruzadas
de los móviles. Nunca ha sucedido
algo así. Los terroristas islamistas
forman células herméticas, perfectamente
impermeables. Los ejecutores no tienen
nada que ver con los que organizan
la logística, los que proveen el material,
los que lo financian, los que determinan
los objetivos o los que idean los
atentados. En el caso de Madrid se
rompe el modus operandi. Además, saben
por propia experiencia que nunca utilizan
delincuentes comunes, ni personas
que ya estén marcadas o fichadas por
la policía y menos a confidentes policiales.
Tampoco se fían jamás de la ayuda
que puedan proporcionar personas que
no pertenecen a la comunidad islámica.
La investigación avanza tan rápida
que inmediatamente aparece el proveedor
de los explosivos. Dicen que han llegado
a él a través de los envoltorios de
los cartuchos de dinamita encontrados
en la mochila desactivada. Pero eso,
según los técnicos es materialmente
imposible. De hecho, en torno al ex
minero, José Emilio Suárez Trashorras,
de 27 años con baja laboral permanente,
se hacen un sin número de afirmaciones
que se difunden a bombo y platillo.
Se dice que tiene ascendencia marroquí,
antecedentes penales, y que se puso
en contacto en la cárcel con presos
marroquíes. También que es traficante
de armas y que se vio en un bar de
Avilés con los participantes en los
atentados de Madrid. Una publicación
se recrea con la escena en la que
José Emilio lleva una noche hasta
una pequeña explotación minera a los
terroristas, les abre las puertas
y les dice «llevaos lo que queráis».
Ninguna de las afirmaciones mencionadas
es cierta.
EX MINERO FANTASMA
José Emilio no es de ascendencia marroquí,
ni tiene antecedentes penales, ni
ha estado en la cárcel en contacto
con presos marroquíes. Sus vecinos
y ex compañeros de trabajo lo definen
como un joven perturbado mentalmente,
un simple «tonto de baba». Sólo tiene
antecedentes por trapicheo de droga
y la sospecha de que traficaba con
dinamita, algo que nunca se le ha
podido probar. En junio de 2001, y
dentro de una operación antidroga
denominada Pipol, fue detenido junto
a su cuñado, un vendedor de coches
usados. En un garaje de la calle Eloy
Fernández de Avilés encontraron, dentro
de un vehículo, una cantidad importante
de hachís, 100 detonadores y 16 cartuchos
de dinamita Goma 2 Eco, de 125 gramos
cada uno. El juicio por estos hechos
aún no ha salido. Nadie ha podido
demostrar la implicación del ex minero.
Lo más que ha reconocido éste tras
su detención actual, es haber proporcionado
a unos marroquíes detonadores, algunos
de ellos con bastante antigüedad.
Luego implica a su cuñado, Antonio
Toro, que está harto de sacarle de
apuros, pero éste queda en libertad
después de un interrogatorio. El dueño
del bar de Avilés donde dicen que
se ha reunido con los terroristas
afirma que jamás le ha visto en su
vida. Lo que realmente es cierto es
que José Emilio padece un trastorno
esquizoide depresivo, tiene problemas
psiquiátricos y por eso la empresa
en la que trabajaba, Caolines de Merilés
SL, una mina de caolín en el concejo
de Tineo, no le renovó el contrato,
el 31 de octubre de 2002. Los investigadores
descartan algo que se dio por cierto.
La furgoneta Renault Kangoo blanca
no pudo transportar los explosivos
desde Avilés hasta Madrid. Sólo había
recorrido 200 kilómetros desde que
la robaron hasta que la encontraron
en la mañana de los atentados. Entonces,
¿qué es lo que relaciona a José Emilio
con la dinamita de los atentados?
Solamente dos cartuchos de dinamita
Goma 2 Eco, de 125 gramos, encontrados
en la mochila que fue hallada en la
comisaría de Vallecas con el teléfono
móvil que dio las pistas de los autores
de la masacre del 11-M. Sin embargo,
en las fotografías oficiales del contenido
de la bolsa azul, distribuidas a diversas
policías extranjeras y difundidas
por la cadena estadounidense de televisión
ABC, no figura ningún tipo de cartucho.
Un veterano policía, conocedor del
mundo del hampa, ha comentado a este
periódico: «El mundo de los choros
[los pequeños delincuentes] no se
mueve como dicen que lo ha hecho José
Emilio. No dudo de que pueda ser capaz
de vender dinamita por una cantidad
razonable de droga o de dinero. Se
acababa de casar y podría necesitar
más dinero. Pero lo primero que habría
hecho tras venderles el material habría
sido acudir al policía con el que
tuviera más confianza para contárselo.
El sabe que esa información es oro
y que le van a deber así un gran favor.
Ese tipo de personas no tiene cuajo
suficiente para callarse sin saber
qué van a hacer con ese material.
Las cosas no funcionan así». Una de
las falsedades más flagrantes que
se han difundido en torno a la investigación
es la aparición de una prueba material
para certificar la autoría de los
atentados por parte de Zougam. Se
publicó, con gran alarde tipográfico,
que la policía había encontrado en
el locutorio de la calle Tribulete
de Madrid, donde trabajaba Zougam,
un trocito de plástico que faltaba
en la carcasa del teléfono hallado
en la bolsa que encontraron en la
comisaría de Vallecas con la bomba
que no llegó a explotar. El juez reconoció
que no había podido preguntar al detenido
por el tema ya que ese detalle no
figuraba en las diligencias policiales.
Es un milagro haber encontrado un
trocito del plástico que presuntamente
faltaba en la carcasa, algo tan increíble
como el pasaporte de Mohamed Atta
que se encontró intacto, cerca de
las ruinas de las Torres Gemelas,
tras el atentado de Nueva York el
11-S a pesar de que su propietario
había teóricamente estallado en una
bola de fuego al estrellarse el avión
que conducía 80 pisos más arriba.
Pero hay que añadir otro detalle significativo. |
Totalmente de acuerdo con Múgica,
que acaba de establecer otra
coincidencia con las torres
gemelas. |
|
El teléfono encontrado
en la bolsa era un Motorola modelo
Triumph según la mayor parte de las
informaciones difundidas. Se especificó
que ese Motorola se había comprado
en una tienda de Alcorcón. Algunos
comentaristas llegaron a señalar que
existía miedo entre muchos consumidores
que también poseían un modelo de uso
tan corriente como ése. Pues bien,
pueden tranquilizarse ya que el modelo
de teléfono que estaba en la bolsa,
como puede apreciarse en las fotografías
difundidas por la cadena televisiva
ABC corresponde a un Mitsubishi modelo
Trium (sin ph final) 110.
ZOUGAM ESTABA MARCADO
En torno a la figura del hasta ahora
autor material de la masacre, Jamal
Zougam, se han difundido también muchas
fantasías. Todos los que le conocen
aseguran que era un musulmán nada
fanático y que iba a la mezquita lo
justo para mostrarse en sus rezos
poco ortodoxos. Nunca había ocultado
sus actividades de trapisondista.
Pertenecía al hampa de esos pequeños
delincuentes que se mueven como pez
en el agua por el barrio de Lavapiés.
Sabía perfectamente que era observado
regularmente por la Policía desde
que su domicilio fue inspeccionado.
Era consciente de que su locutorio
estaba intervenido -como es el caso
de muchos de los locutorios de Madrid-.
Estaba marcado con varias cruces en
todas las fichas policiales de numerosos
países. Era la persona menos adecuada,
por tanto, para que un grupo terrorista
le invitara a participar en una operación
secreta de tanta envergadura. La mayor
parte de los moros que pululan en
los ambientes de la pequeña delincuencia
en Madrid son confidentes de la policía
y/o del servicio secreto marroquí
-con una enorme capacidad en España-.
No es nada difícil encontrar personas
de su entorno que quieran hablar de
él. Bastará con dos ejemplos. Una
señora de la limpieza, marroquí, asegura
conocerlo mucho: «A mí, como a mucha
gente, me ofreció una tarjeta para
el teléfono móvil con la que podía
llamar gratis a Marruecos durante
dos años seguidos sin pagar nada.
Claro que, la tarjeta me costaba 30.000
pesetas. Era un chollo pero me dio
miedo que pudiera meterme en un lío.
No quiero ni pensar la de gente que
habrá usado tarjetas de Zougam y que
ahora estarán pendientes de si los
meten en la investigación de los atentados».
El segundo testimonio es más sorprendente.
Se trata de un joven senegalés fácilmente
identificable porque tiene un defecto
en un ojo. Vive en Lavapiés y asegura
que ha trabajado para una multinacional
estadounidense. Es informático y hace
algunas chapuzas en la tienda de Zougam.
Por eso está muy asustado ya que una
de sus «habilidades» es la manipulación
de tarjetas de móviles: «Yo me libré
de milagro. Trabajaba en el locutorio
de Zougam. El día en que fueron a
detenerle yo estaba librando. Si no,
estoy convencido de que me hubieran
detenido con él». Compraban gran cantidad
de tarjetas. En todos los locutorios
de Madrid de ese tipo se trafica con
tarjetas clonadas. Es algo sabido
y «casi» permitido. «Lo más extraño»,
asegura el senegalés, es que la policía
no se haya puesto en contacto conmigo.
No comprendo como siendo Zougam una
pieza tan aparentemente clave en la
investigación ni siquiera han hablado
con todos los que trabajábamos allí.¿Acaso
no les interesa los testimonios que
podamos aportar?». Zougam no se comporta,
tras el 11-M, con lógica. Seis días
antes del atentado deja su pista en
una llamada telefónica a Abu Dahdah,
el presunto jefe de la célula española
de Al Qaeda implicado en el sumario
del juez Garzón sobre el 11-S. Es
como encender un letrero luminoso.
TERREMOTO EN EL CNI
Después de los atentados, sabe por
las informaciones de la radio que
han encontrado una mochila con una
de las bombas del tren sin explotar
y que hay un móvil con una tarjeta,
la que presuntamente vendió él. No
le entra el pánico. Sigue su vida
normal y espera a que, inevitablemente,
vengan a por él. No es lógico para
alguien que teóricamente está metido
en una célula integrista que pretende
seguir atentando en Madrid y que por
tanto, aunque sólo fuera por razones
operativas, no puede permitirse el
lujo de dejarse pillar. En el CNI
las cosas no están para bromas. Tras
el 11-M se pasaron unas cuantas horas
llorando y lamentándose por no haber
sido capaces de impedir los atentados.
Luego llegó el momento de las responsabilidades.
Hay que tener en cuenta que Jorge
Dezcallar, el máximo responsable del
Centro, fue director general, en Exteriores,
con competencias en la zona del Magreb.
Fue también embajador en Marruecos.
Para colmo, la segunda en el mando
dentro del CNI, la secretaria general,
es una mujer, María Dolores Vilanova,
que ocupó en el Centro, en la época
de Manglano el cargo de responsable
de contrainteligencia de los países
del Magreb. Dicho de una manera más
sencilla, es la persona que mejor
conoce el mundo del hampa y de los
posibles agentes marroquíes infiltrados
en España. La autoría de los chorizos
marroquíes equivale a que un niño
de primaria hubiera metido un gol
a Casillas desde 50 metros y en una
portería de pocos centímetros. En
el CNI no se disimuló el alivio por
la pérdida del poder del PP. Participaban
del enfado de los militares con el
ex ministro de Defensa Federico Trillo,
a quien, en privado, y a veces en
público, despreciaban. El CNI reunió
informes según los cuales amplios
grupos de militares y sus familias,
en zonas tradicionalmente de derechas,
se habían pasado la consigna de abstenerse
en las elecciones. En los pasillos
del Ministerio de Defensa no hubo
ningún tipo de disimulo. Había gente
que se abrazaba el lunes 16 en los
pasillos al comentar la victoria de
Zapatero en las urnas. En el Centro
se tiene grabado a fuego como una
de las grandes cacicadas de Trillo
la bronca destemplada que tuvo que
encajar un agregado de Defensa destacado
en Afganistán ante las exigencias
del ministro de que montara rápidamente,
y sólo para él, una capilla para asistir
a misa. |
Esto es posiblemente cierto.
Estamos trabajando en un informe
sobre el deterioro de las relaciones
del Gobierno con el CNI y con
Defensa en general. La gesti—n
de Trillo en los œltimos meses
fue desastrosa. |
|
La gota que ha colmado
el vaso ha sido la desclasificación
que hizo el Gobierno de Aznar de documentos
del CNI en los que se orientaba la
autoría del atentado hacia ETA. Es
verdad que en amplios ambientes del
Centro las sospechas se dirigieron
durante las primeras 40 horas hacia
ETA. Se recogieron el 11-M informes
que procedían de las cárceles en las
que presas vascas habían celebrado
con júbilo los atentados. Hubo incluso
incidentes violentos por la indignación
que eso produjo entre presas comunes.
También se tenía constancia de que
en reuniones del entorno abertzale
la gente se había dividido claramente
en dos sectores. Al primero, le parecía
una barbaridad lo sucedido, y el segundo
lo justificaba y anunciaba que ese
era el camino y que había que golpear
más fuerte hasta que «se enteraran».
Para Múgica el CNI actúa con una ingenuidad
que parece impropia de unos servicios
de inteligencia. Agentes del CNI se
quejaron, en las primeras horas después
de los atentados, del hermetismo de
los investigadores de la policía.
Les llegaban las informaciones tarde.
Reconocen que miembros del PSOE tenían
una información mucho más puntual
que ellos. Lo que no aceptan es que
no hubieran advertido al Gobierno
del peligro islamista. Las labores
de vigilancia tienen que ser aleatorias.
Es materialmente imposible controlar
a los 300 principales sospechosos
de estar relacionados con células
integristas. Así que se elige a unos
cuantos y se va rotando la vigilancia.
Zougam y el resto de los detenidos
estaban dentro de ese operativo. Los
móviles son un buen punto de partida
pero los cambian con enorme facilidad:
«En ocasiones conseguimos una orden
del juez para intervenir un teléfono
y cuando nos ponemos a ello el vigilado
ya ha cambiado de teléfono». Se ha
seguido a los sospechosos en el extranjero.
Son vigilancias caras en material
y en hombres. De pronto, gente que
vive muy sobriamente en España, se
desplaza sin problemas de billetes
de avión y comienzan a manejar dinero
en abundancia. La mayor parte proviene
de donativos que se canalizan a través
de organizaciones de caridad promovidas
por Arabia Saudí. ¿Cuanto tiempo puede
durar una vigilancia de este tipo
si el observado no comete ningún acto
delictivo durante años? «Al final
lo que la gente ve es la delincuencia
en la calle. eso es lo que preocupa
y por eso es lógico que los políticos
dediquen más medios a combatir ese
tipo de cosas que tienen un resultado
práctico mucho mayor para los votantes».
LA PISTA FALSA IRAQUÍ No es cierto
que se despreciaran pistas como la
iraquí. Por ejemplo, se ha hablado
mucho de un coronel iraquí que viajó
hasta España antes de los atentados.
Lo que no se ha comentado es que el
CNI tomó buena nota de la información
que le pasó el servicio secreto italiano
sobre el tema. De hecho existe un
documento de dos folios en el que
se detalla el asunto. Tiene fecha
del 11 de febrero, justo un mes antes
de los atentados. En el texto se avisa
sobre un rumor de que el ex coronel
de Sadam Husein, Walid Salem Omar
tenía prevista su llegada a España
el 6 de febrero de 2004 dispuesto
a cometer atentados. Su empresa, Ibn
Fernas, está englobada en el grupo
Hispano Árabe SA que tiene su sede
social en el Paseo de la Habana de
Madrid. El documento especifica que
Walid se había detenido en Siria donde
había sacado una gran cantidad de
dinero en metálico de un banco de
Damasco. Siempre según el escrito,
viajaría con ese dinero y habría hecho
una escala técnica en Marruecos, concretamente
en Agadir. El CNI siguió por supuesto
esta pista, como otras muchas que
llegan procedentes de servicios de
información extranjeros, sin que se
obtuviera ningún resultado positivo.
El comportamiento atípico y fuera
de toda lógica de los marroquíes acusados
de los atentados lleva a situaciones
incomprensibles. Por ejemplo El Tunecino,
Sharhane ben Abdelmajid Fakhet, vive
tranquilamente en un piso alquilado
sin dar ruido. Pero unos días antes
del 11-M, abandona la casa y llama
la atención hasta el punto de que
Rafael, el casero, se presenta a la
policía para denunciar que se ha marchado
sin pagar. Otro letrero luminoso en
el camino. El colmo de los despropósitos
se refleja en que los investigadores
no tienen el menor interés en revisar
el piso a pesar de que, según el dueño,
está lleno de papeles, cintas de audio,
etcétera. A la policía no parecen
interesarle las pertenencias de quien
se presenta ante la opinión pública
como el cerebro inductor. BARBACOA
TERRORISTA Lo mismo sucede con los
habitantes de la casa de Morata de
Tajuña, en el kilómetro 14 de la carretera
313, cerca de Madrid. Los investigadores
dicen que han llegado hasta allí a
través de una laboriosa búsqueda triangulando
las llamadas de los teléfonos móviles.
Pero la policía conocía la existencia
de esa casa y la había vigilado en
varias ocasiones. Las huellas de los
sospechosos están naturalmente dentro,
ya que eran ellos quienes la habitaban
ocasionalmente de una forma abierta
y con una buena relación con los vecinos.
Son éstos los que ven a muchos de
los que luego morirían en Leganés
haciendo -¡dos semanas después de
los atentados del 11-M!- una barbacoa
con niños y parientes incluidos. A
uno de los implicados, Jamal Ahmidan
al que apodaban El Chino los vecinos
lo conocen bien porque les ha prestado
en ocasiones su moto. No era un islamista
radical sino un delincuente de poca
monta como el resto de la cuadrilla.
Era un viejo conocido de la policía
marroquí. Lo habían condenado a cuatro
años de cárcel en Marruecos por un
asesinato relacionado con el tráfico
de drogas y había cumplido dos años
y medio de condena. Su ficha aparece
en todos los servicios policiales
europeos por sus raterías. La policía
marroquí pasó a la española todo lo
que tenían sobre él hacía tiempo.
Si hubiera estado involucrado siquiera
mínimamente con los radicales extremistas
hubiera sido uno de los 1.600 procesados
en el macrojuicio de Marruecos de
2003 por los atentados de Casablanca
y por el que se detuvieron, con los
ortodoxos métodos de nuestros vecinos,
a 6.000 personas. Se le ha presentado
como un integrista radical, pero los
vecinos de Morata de Tajuña explican
que se le veía en compañía de dos
jóvenes muy guapas, con un piercing,
pantalones de cuero ajustados y camisetas
que dejaban la tripa al aire. |
Es curioso, pero estas incongruencias
son las mismas que se dijeron
de Mohamed Atta y algunos de
los suyos. Casi son intercambiables. |
|
Existe constancia
de que la casa estaba vigilada mucho
antes de que la policía la «descubriera».
No hay más que comprobar la denuncia
que presentaron varios vecinos, primero
ante el 091 y más tarde ante el 062
de la Guardia Civil, días antes del
11-M, el 7 domingo a las 10.50 de
la mañana -según consta en una cinta
grabada- por considerar que los habitantes
de aquella casa les infundían sospechas
en relación con trapicheo de drogas
y mercancía robada. La Guardia Civil
alegó después del 11-M, que no querían
seguir esa vía de investigación para
no interferir con la labor de la policía,
que era quien llevaba todo el caso
de los atentados. La realidad es que
la proverbial rivalidad entre distintos
cuerpos policiales ha llegado a uno
de sus puntos culminantes a raíz de
los atentados del 11-M. La Policía
no ha permitido el menor resquicio
a los investigadores de la Guardia
Civil. |
También aquí ¡cuánto parecido!
Recordemos el informe de la
agente del FBI, Coleen Rowley
y el informe Phoenix del también
agente Ken Williams. |
|
NO TENEMOS NADA
El día anterior al descubrimiento
teórico del piso de Leganés, una funcionaria
involucrada directamente en la investigación
reconoció a un compañero de Información:
«La verdad es que tenemos muy poco.
De lo del ex minero no sale gran cosa.
No sabemos la procedencia de la dinamita.
Todo está cogido con alfileres. No
hay pruebas materiales, sólo nombres
en agendas y llamadas telefónicas
entre unos y otros. Lo más sólido
son los testimonios espontáneos de
varios testigos que aseguran haber
visto a varios de los acusados en
los trenes, aquella mañana». El problema
es que después de que sus fotos se
publicaran en todos los periódicos
la gente ha podido reconocer esos
rostros inducidos por lo publicado
y no porque los recordaran realmente.
Después de una situación anímica como
la que tuvieron que soportar en los
atentados, los supervivientes no son
muy fiables, según los psicólogos.
Y menos cuando hay que distinguir
entre ciudadanos marroquíes que para
muchos son fácilmente confundibles.
Hasta la fecha, ninguno de los detenidos
ha reconocido la participación en
los atentados. El sábado 3 de abril,
las esperanzas de los investigadores
estaban centradas en nuevos rostros.
Se habían repartido retratos a los
medios de comunicación de los cerebros,
inductores o dinamizadores de los
atentados. Y aquí llegamos al capítulo
de Leganés, el más incoherente de
toda la historia. En la tarde de ese
día, según comentaron más tarde fuentes
policiales, se localiza a través de
las llamadas de teléfonos móviles
un piso en Leganés en el que puede
haber terroristas implicados en el
11-M. No es cierto. Habían sido ya
localizados días antes a través de
fotografías que enseñan a los comerciantes
de la zona. Es así como saben que
el llamado El Tunecino y El Chino
pueden estar residiendo en el número
40 de la Avenida Carmen Martín Gaite.
Sin explicación posible y después
de este hallazgo, la policía da a
los medios las imágenes de los hombres
que pertenecen a ese grupo para que
se publiquen. La gente se familiariza
con sus rostros. Los terroristas no
deben de comprar periódicos ni ver
informativos de televisión, ya que
no se dan por enterados. Según los
investigadores siguen con su macabra
actividad hasta el punto de que se
acercan a la vía del AVE en la provincia
de Toledo y colocan una mochila con
explosivos «pero sin iniciador» con
una mecha de más de 130 metros. Aterrorizan
así de nuevo al país. La bomba, según
las autoridades, está colocada entre
las 10 y las 12 del mediodía. El hecho
cierto es que azafatas del AVE que
hicieron el turno del tren Madrid-Sevilla
a las 7.00 horas ven una inusitada
actividad de la Guardia Civil en las
vías a lo largo del trayecto. Miembros
de la Benemérita entran en los vagones
de ese tren después de su llegada
a Sevilla, a las 9.50 hora para revisar
todos los rincones, incluidos los
contenedores de desperdicios.
LA FARSA DE LEGANES
Tan sólo 24 horas más tarde, la investigación
tomará un giro sorprendente. A primera
hora de ese sábado, algunos concretan
la hora en las 7.00 hora de la mañana,
el grupo de los geos recibe la orden
por la que deben estar preparados
para una operación importante. Así
se lo comunica el Gobierno en funciones,
esa misma mañana, a altos cargos del
Partido Socialista. La versión posterior
contará que varios de los terroristas
consiguen romper el cerco policial
en torno a la casa de Leganés y llegan
por la tarde hasta el piso del número
40. Lo lógico, cuando los terroristas
aún no se habían dado cuenta de que
se estrechaba el cerco, era haberlos
capturado, uno a uno y con total discreción
cuando salieran o entraran en la vivienda.
Por el contrario, se extiende la versión
de que uno de los acusados baja la
basura, se percata de la presencia
policial y avisa -primero se dice
que por el móvil, después que a gritos-
de lo que estaba en marcha. Al menos
una decena de agentes de paisano -según
el testimonio directo de los vecinos-
ocupan posiciones en la parte interior
ajardinada de la casa, donde está
la piscina, de una forma nada discreta.
«Mamá, ¿los que llevan pistolas son
malos?», comenta a sus padres un niño
de la urbanización. Y comienza un
tiroteo sin que intervenga todavía
la dotación de geos. La llegada de
éstos cambia las cosas. Son profesionales
altamente cualificados y con una gran
experiencia en el asalto de lugares
donde hay gente armada y peligrosa.
Pero incomprensiblemente -como ha
denunciado públicamente uno de los
propios geos que intervienen- no se
cumplen ninguna de las reglas del
protocolo de actuación. No se espera
a que llegue el negociador, un psicólogo
cualificado para dialogar con delincuentes
peligrosos. No hay intérprete. No
se aguarda a la hora de la madrugada
en el que el cerebro de los terroristas
está más debilitado. No se intenta
pactar la entrega. Ni siquiera se
sabe el número de los ocupantes. Simplemente,
y desoyendo la opinión de los propios
responsables de los geos, se ordena
el asalto, a pesar de que es vital
cogerlos vivos para conocer la verdad
de lo ocurrido el 11-M. |
Aquí caben dos explicaciones:
1) nuevamente la torpeza del
Gobierno que ordena una acción
precipitada, o 2) que tuviera
que ser así, porque era como
interesaba. El autor tiene razón
cuando insiste en que lo lógico
hubiera sido seguir el protocolo. |
|
Todo vuela por los
aires al comenzar el asalto. Muere
un geo y los cuerpos de los terroristas
quedan esparcidos en un área de más
de 60 metros. El ministro Acebes dice
en su primera comparecencia, tras
lo sucedido, que son cuatro los terroristas
que se han inmolado. También explica
que guardaban en un armario dos mochilas
con explosivos preparadas para hacer
explosión, similares a la encontrada
en la vía de tren. Más tarde se hablará
de grandes fajos de dinero en euros,
perfectamente organizados. Las imágenes
del día siguiente demostrarán que
del piso sólo quedan los pilares limpios.
Aumenta a siete la cuenta de los islamistas
muertos. Se trata del núcleo del comando,
de los movilizadores y de al menos
una buena parte de los autores materiales
del 11-M. El relato posterior de los
hechos se adorna con historias sobre
cuerpos desnudos purificados por cortinas
blancas en forma de sudario, cánticos
en círculo y conversaciones telefónicas.
La madre de El Chino lo corrobora
desde su domicilio en Tetuán.«Mi hijo
se despidió de mí diciendo que iba
al lugar que le estaba reservado.
Luego escuché una gran explosión y
poco después se corto la línea». No
se puede saber lo que escuchó esa
madre atribulada, pero desde luego
no pudo ser la explosión. La dinamita
tiene una fuerza explosiva de salida
de más de 8.000 metros por segundo.
Si el teléfono de su hijo estaba a
menos de dos metros de la carga explosiva
se volatilizó mucho antes de que pudiera
transmitir el sonido de la bomba que
ha enterrado definitivamente la esperanza
de conocer toda la verdad del 11-M. |
Siempre según la hipótesis de
que esta gente supiera toda
la verdad del 11-M. |
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Orlando Jara |
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Foto: El Mundo
La furgoneta robada.
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Opina
tú también.
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Pueden ser anónimos.
PULSA AQUí
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