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La novela se enfrenta al 11-S

Nueva York Los atentados a las Torres Gemelas y al Pentágono en 2001 han generado más de 600 ensayos, es el turno de la novela con autores como Safran Foer y McEwan.

BARBARA CELIS / BABELIA - 22-06-2005

Norman Mailer proclamó que pasaría una década antes de que los novelistas estadounidenses se enfrentaran al 11-S, pero varios autores de esa y otras nacionalidades se han adelantado. "La literatura necesita de un cierto reposo para digerir los acontecimientos de actualidad, pero lo que yo me pregunto no es por qué una docena de escritores hemos tardado cuatro años en publicar novelas que lidian con el mayor trauma jamás sufrido por Estados Unidos, sino por qué no hay más escritores haciéndolo.Un autor tiene que mirar su entorno y no hay duda de que el 11-S ha afectado a las vidas colectivas e individuales de todo el planeta", defiende Jonathan Safran Foer, de 28 años, que acaba de publicar Extremely loud and incredibly close, un relato narrado en primera persona por un niño llamado Oskar (en homenaje al protagonista de El tambor de hojalata, de Grass) que trata de buscar respuestas a la muerte de su padre en el World Trade Center.

El libro, por el cual cobró un millón de dólares de adelanto, ha tenido una cobertura poderosa en los medios. ¿La causa? La expectación ante su segunda obra tras su exitoso debut de ventas y crítica de Todo está iluminado (Lumen). Aunque bien recibido, la novela ha provocado cierto estupor debido a la utilización de fotografías -entre ellas la de un cuerpo cayendo desde las Torres Gemelas- o de juegos tipográficos experimentales.

Otro joven, Nick McDonell, de 21 años, publicará en otoño The third brother, que trata sobre la búsqueda de un desaparecido en el Nueva York pos 11-S. "Empecé a tomar notas el mismo día del atentado", ha declarado McDonell, cuyo editor le recomendó olvidarse del tema. Algo parecido a lo que le ocurrió al francés Beigbeder, cuyo libro Windows of the world, que transcurre en el restaurante homónimo que estaba situado en el último piso de las Torres Gemelas, acaba de editarse en Estados Unidos con una fría acogida -quizá por su perspectiva crítica de los estadounidenses-, aunque es un best seller en su Francia natal.

Para este verano se espera del norteamericano Reynolds Price, The good priest's son, y la recién publicada en el Reino Unido Saturday, de McEwan, cuyo escenario es dos años después de los atentados. El autor británico se pregunta sobre el propósito y el valor de la ficción ante acontecimientos de esta magnitud. "La respuesta que da McEwan", apunta Edward Wyatt en la crítica de The New York Times, "es que la literatura no puede dar respuestas absolutas pero puede capturar la confusión moral de la vida individual y el contexto histórico de nuestra experiencia vital". Esta conclusión sirve para analizar el valor de las diferentes propuestas como la de Lynne Sharon Schwartz, The writing on the wall, que toma prestado un suceso tan significativo como el 11-S para ofrecerle al mundo reflexiones que se alejan de la pura consecuencia geopolítica para ahondar en las cicatrices humanas más íntimas.