El Mundo 30-06-05
Por Olatz Arrieta
LA TRANSICION IRAQUI / El senador republicano John McCain critica al presidente por no anunciar un incremento de los efectivos / El 'Post' subraya que el conflicto se ha convertido en una lucha contra musulmanes
NUEVA YORK.- El discurso del presidente George W. Bush en la base militar de Fort Bragg, donde destacó que, a pesar de los atentados y las bajas, la misión de Irak merece la pena porque es vital para la seguridad de EEUU, ha desatado la ira de los demócratas.
Lo que más ha irritado a los demócratas es que durante los 28 minutos del discurso, Bush mencionara en cinco ocasiones los atentados del 11 de Septiembre. La oposición demócrata ha criticado a Bush por utilizar los atentados para justificar la situación en Irak con frases como «la guerra llegó a nuestras costas el 11 de Septiembre de 2001 e Irak es el último campo de batalla en esta guerra».
La líder demócrata en el Congreso, Nancy Pelosi, acusó a Bush de «explotar el suelo sagrado del 11-S, a pesar de saber que no hay conexión entre los atentados y la guerra en Irak». Para el ex candidato demócrata a la Presidencia, el senador John Kerry, con las constantes referencias a los atentados, Bush se ha sacado de la manga una nueva excusa para justificar la invasión. «Primero eran las armas de destrucción masiva, luego la democracia y ahora, luchar contra un semillero del terrorismo», afirmó Kerry. Los líderes del partido demócrata también reprocharon al presidente que no había ofrecido detalles sobre cómo conseguir la victoria.Creen que la alocución ha sido una oportunidad perdida para explicar cómo van a luchar los iraquíes sin la ayuda de Estados Unidos y cuáles son los objetivos en la reconstrucción.
La prensa, en contra
Los demócratas también criticaron a Bush por anunciar que no tiene intención de mandar más tropas a Irak. El senador Joseph Biden se ha ofrecido a enviar al presidente los números de teléfono de los cargos militares con los que ha hablado en Irak y que le han contado que necesitan más efectivos. Dos de los principales rotativos del país, The New York Times y The Washington Post, arremetieron contra el presidente. «Bush no pudo resistir la tentación de volver a levantar la sangrienta bandera del 11-S una y otra vez para justificar una guerra que no tiene nada que ver con los ataques terroristas», dice en su editorial el periódico neoyorquino. Añade que Estados Unidos no quiere, y además no se puede permitir un presidente obsesionado con autojustificarse.The Washington Post reprocha al presidente que no haya explicado «cómo una guerra en principio destinada a quitar del poder a un tirano con armas de destrucción masiva, se ha convertido en una lucha contra militantes musulmanes».
La mayoría de los republicanos han cerrado filas en torno a Bush y han alabado su discurso por explicar al pueblo americano lo que está en juego en Irak y por no dar un calendario para la salida de fuerzas estadounidenses. El líder de los republicanos en el Congreso, Dennis Haster, defendió las referencias de Bush al 11 de Septiembre. «Nosotros llevamos la guerra a los terroristas en vez de esperar a que nos atacaran de nuevo. Es la decisión correcta», dijo Haster.
El senador John Warner, líder del Comité de Fuerzas Armadas, ha subrayado la importancia de las palabras de Bush para mostrar a los soldados en Irak que cuentan con el apoyo total del presidente.
Una de las pocas críticas republicanas ha sido la del senador John McCain. El ex prisionero de la Guerra del Vietnam, argumentó que no anunciar un incremento de fuerzas militares es «un error que se cometió al principio de la guerra y aún sigue cometiéndose».
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