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Caso Miller:
la desinformación al descubierto |
A pesar de que The New York Times pidió
disculpas la semana pasada por haber publicado
cantidad de artículos basados en informaciones
falsas, firmadas por Judith Miller, ésta
sigue en su puesto.
Las informaciones como experta en Armas de Destrucción
Masiva (ADM) han sido las protagonistas, al conocerse
su falsedad. El diario de Nueva York ha disculpado
a su periodista recalcando que fue ella la intoxicada
por Ahmed Chalabi, el líder del
Consejo Nacional Irakí.
Pero Miller, además, ha contribuido con
sus informaciones a crear la leyenda de Osama
Bin Laden, recibiendo un premio Pulitzer en
2002 por sus artículos dedicados a desvelar
la red Al Qaeda.
Y también nos dijo que ella misma fue víctima
de uno de los polémicos ataques con ántrax.
De Miller se sabe que bebe en las fuentes próximas
a Richard Cheney y que son posteriormente
confirmadas por el propio vicepresidente de EE
UU.
No es algo extraño. Las guerras modernas
son sobre todo guerras de propaganda, y no se
trata tanto de que los medios se dejen estafar
por la propaganda, sino que ellos mismos son la
propaganda.
Miller que pasa por ser una de las firmas especializadas
en temas de Defensa, tuvo otro papel destacado
tras el 11-S.
Fue ella la que reveló, el 1 de octubre
de 2001, que Mohamed Atta había
recibido una gran suma de dinero de un tal Mustafa
Ahmad. Cinco días más tarde, Maria
Ressa, de la CNN, desvelaría que
'Mustafa Ahmad' era un seudónimo de Omar
Saeed, presunto miembro de Al Qaeda.
Durante unos días, Omar Saeed fue el eslabón
de Atta y con Bin Laden.
Pero el 9 de octubre se supo por The Times
of India que Saeed había recibido los
100.000 $ del general Mahmoud Hamad, jefe
de los servicios de Inteligencia pakistaníes
(ISI). Peor aún, el general había
estado reunido en Washington la misma mañana
del 11 de septiembre con el senador Bob Graham
y el congresista Porter Goss. Casualmente, estos
dos hombres dirigirían las primeras investigaciones
sobre los atentados.
Ningún medio volvió a hablar de
Omar Saeed después del 9 de octubre.
Cuatro meses después, Omar Saeed fue señalado
como el cerebro del secuestro de Daniel Pearl.
Más información:
www.reseauvoltaire.net/article12729.html
www.globalresearch.ca/articles/CHO111A.html
www.globalresearch.ca/articles/KUP310A.html
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